MATILDE ELENA LOPEZ
Nació en la ciudad de
San Salvador, el 20 de febrero de 1919. Desarrolló una amplia labor literaria a
favor de los derechos femeninos, al igual que tuvo una destacada participación
radiofónica en los sucesos del 2 de abril de 1944, cuando una conjura civil y
militar intentó derrocar al gobierno del general Maximiliano Hernández
Martínez.
Tras marcharse al
exilio, inició sus estudios académicos de Periodismo en la Universidad de San
Carlos (USAC, Guatemala), donde también prestó servicios culturales para el
gobierno de Jacobo Árbenz.
Derrocado el régimen
guatemalteco, se marchó a a Quito (Ecuador), en cuya Universidad Central obtuvo
sus licenciaturas en Filosofía y Letras en la Universidad Central del Ecuador.
Una de sus tesis de graduación dio pie a la publicación tituladaEnsayos de
poesía ecuatoriana (Quito, 1957).
Tras residir un año en
Panamá, en 1957 regresó a San Salvador y fue incorporada con grado doctoral en
la Universidad de El Salvador (UES).
Desde 1960 fungió como
catedrática, vicedecana de la Facultad de Humanidades y directora de los
departamentos de Letras y Promoción Cultural de la misma universidad.Amparada
en el seudónimo "El tecolote", obtuvo el primer premio de prosa en
los VIII Juegos Florales de la ciudad de San Miguel (noviembre de 1960). Al mes
siguiente, sus trabajos El héroe y Canción de Edipo y Yocasta,
calzados con los respectivos seudónimos "Tutecotzimí" y
"Melpómene", lograron el primer premio de prosa y una mención
honorífica en poesía en los IV Juegos Florales de Nueva San Salvador.
En diciembre de 1961, su
cuento El muro se hizo acreedor al segundo lugar en la rama de
narrativa breve de los Juegos Florales de Nueva San Salvador. En este mismo
año, la revista Vida universitaria (San Salvador, Universidad de El Salvador)
divulgó su cuento Al negro le pagan por bailar.
Directora de Arte y
Extensión Cultural del Ministerio de Educación, impartió clases en la
Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" (UCA) y fue decana de
la Facultad de Humanidades de la Universidad "Nueva San Salvador"
(UNSSA, San Salvador).
Se desempeñó como
delegada salvadoreña al XII y XIII Congreso de Filología y Lingüística Románica
(Bucarest, 1967 y Québec, 1972) y al Congreso Mundial de la Mujer (Finlandia,
1969).
Es autora de varios
libros de poesía, cuento, teatro y ensayo, entre los que se
cuentan: Masferrer, alto pensador de Centroamérica (Guatemala, 1954;
San Salvador, 1984),Interpretación social del arte (San Salvador, 1965 y
1974, en edición corregida y aumentada), Dante, poeta y ciudadano del
futuro (San Salvador, 1965), El método sociológico en la crítica
estilística(Bucarest, 1967), Cartas a Groza (1970 y 1998), Estudio-prólogo a
las Obras escogidas de Alberto Masferrer (San Salvador, 1971),
Estudio-prólogo a las Obras escogidas de Claudia Lars (San Salvador,
1973), Estudios sobre poesía (San Salvador, 1973), El momento
perdido (poesía, San Salvador, 1976, con dibujos de Cepomch),Refugio de soledad (poesía,
1978, San Salvador, revista Caracol-Universidad de El Salvador), La balada
de Anastasio Aquino (teatro, San Salvador, 1978, varias
reediciones), Los sollozos oscuros(poesía, San Salvador, 1982), El
verbo amar (poesía, San Salvador, 1997) y Ensayos
literarios (recopilación, San Salvador, 1998).Tiene en prensa La niña
del laberinto (cuentos) y en preparación un estudio especial sobre las
cartas que Gabriela Mistral le dirigió a Claudia Lars, cuyos originales se
encuentran en su poder.
Obtuvo primeros premios
en los Juegos Florales de Chiquimula (poesía, Guatemala, 1951), Concurso
Nacional de la Paz (poesía, Guatemala, 1953), Universidad Central del Ecuador
(poesía, Quito, 1955), Juegos Florales Agostinos (San Salvador, 1957, donde
conquistó tercer lugar con su poema Yo busco tus raíces), Certamen
"Centenario de Suchitoto" (ensayo, 1959), certamen literario de La
Prensa Gráfica (1959, 1964, 1966), premio único de ensayo (compartido)
"Adrián Recinos" en el Certamen "15 de septiembre" de
Ciencias, Letras y Bellas Artes (Guatemala, 1962), Certamen "Dante
Alighieri" (ensayo, Guatemala, 1964), juegos florales de Sonsonate
(febrero de 1965), concurso de la Universidad de Columbia (cuento, New York,
1973) y segundo lugar en los Juegos Florales de Quetzaltenango (teatro,
Guatemala, 1976).
Integrante de número de la Academia Salvadoreña de
la Lengua (1997), su labor cultural ha sido distinguida y homenajeada en
múltiples ocasiones, entre las que se destacan: Organización de Estudiantes de
Humanidades de la UES (1962 y 1965), Asociación de Mujeres Universitarias
(1967), Fraternidad de Mujeres Salvadoreñas (1969), Corporación Municipal de
Santa Ana (1972), reconocimientos públicos de la Asamblea Legislativa de El
Salvador, Liga Femenina, Mesa Redonda Panamericana de San Salvador y San Miguel
(1975), Instituto "Hermanas Somascas" (1976), Ministerio de Educación
(1978), Asociación de Mujeres Universitarias (1975), Caballero de la Orden
Francesa de las Artes y las Letras (1990), Departamento de Letras de la UES
(1990), Instituto Cultural Salvadoreño-Costarricense (1991), galardón
"Princesa de Cuxcatlán" (1995), Universidad Tecnológica, Alcaldía
Municipal de San Salvador, Colegio "Cristóbal Colón" (1996) y
Fundación "María Escalón de Núñez" (1997). premio nacional de literatura
2005 conferido por CONCULTURA del El Salvador.
Poema:
Mirándome en
tu cuadro
Quiero captar la poesía de tus ojos
-me dijiste mientras en el cuadro
les dabas vida irradiadora
y toda yo surgía como diosa.
Si pintar el objeto es poseerlo
Objeto de tu amor fueron mis ojos
Por un acto de magia que conoces.
Tan pura luz le diste a mis pupilas
Que hasta parece ahora que te besan,
¿pues si ya los robaste? ¿Qué me queda
sino seguir el robo que robaste?
Mi imagen en tu cuadro es una ermita
Que guarda una sonrisa misteriosa
Y la boca dibujas de tan leve
Que hasta parece que aletea el beso.
Me pintaste quizá un poco triste
Porque acaso sabías, sin saberlo,
Que sólo tú podrías darme vida.
Quiero captar la poesía de tus ojos
-me dijiste mientras en el cuadro
les dabas vida irradiadora
y toda yo surgía como diosa.
Si pintar el objeto es poseerlo
Objeto de tu amor fueron mis ojos
Por un acto de magia que conoces.
Tan pura luz le diste a mis pupilas
Que hasta parece ahora que te besan,
¿pues si ya los robaste? ¿Qué me queda
sino seguir el robo que robaste?
Mi imagen en tu cuadro es una ermita
Que guarda una sonrisa misteriosa
Y la boca dibujas de tan leve
Que hasta parece que aletea el beso.
Me pintaste quizá un poco triste
Porque acaso sabías, sin saberlo,
Que sólo tú podrías darme vida.
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